Juan Carlos Paz en La Casa del Angel


Juan Carlos Paz
El gran compositor argentino Juan C. Paz nos advierte desde el comienzo que este film es cosa seria. Después de la horripilante música del anuncio de la Argentina Sono Film Paz nos invita a intrigarnos con una  limpia y clara atonalidad en la cual los componentes de la orquesta van apareciendo como desde la bruma. El enorme mérito de esta banda sonora es la de dejarnos estupefactos, la intención de la música es tan despojada de convencionalismos que no sabemos a que atenernos. La mixtura entre esta composición y los fotogramas de Nilsson son de una belleza resignada. Paz puede crear grandes momentos de tensión e incertidumbre con pocos recursos, un simple redoble de tambor, notas repetidas, superposición de intervalos disonantes. La escena en la que Ana pasea con su gato por el jardín es quizás el momento más brillante de esta composición
La partitura está tan pegada a Ana diríase, como una segunda piel. 

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1 comentarios:

Eminencio dijo...

Del libro Cien años de cine Argentino de Fernando Martín Peña: ¨En 1957 Torre Nilsson regresó a Argentina Sono Film y realizó allí dos películas magistrales, La casa del ángel y La caída, que pueden verse como unidad por el aporte de la escritora Beatriz Guido y la elección de Elsa Daniel para protagonizarlas. La actriz, que antes y después de Torre Nilsson se destacó en registros muy distintos, creó para el director un personaje de mujer-niña en cuyo expresivo rostro se reflejan las diversas fuerzas simultáneas que los films ponen en tensión: el peso de una formación represiva hasta la patología, el atractivo irresistible de lo prohibido, la combinación paradójica de curiosidad y aprehensión, la entrega que-aunque sea voluntaria. La decadencia de la alta burgesía es el gran tema común, pero Guido y Torre Nilsson prefieren sustraer las consecuencias exteriores de ese proceso corrosivo y concentrarse en sus repercusiones personales e íntimas, Sus protagonistas viven la decadencia como una deformación monstruosa para la que no han sido preparados y que condiciona sus respectivas percepciones de la realidad, Por eso es natural que importe tanto el encierro, que se explicita en la definición de espacios agobiantes y decrépitos o se sugiere a través de conductas y sucesos que se reiteran como rituales. Y por eso también es coherente que Torre Nilsson eligiera una estética de inspiración expresionista, ya que se trata de representar cinematográficamente un estado de alma, una atmósfera de turbación espiritual, antes que una determinada peripecia argumental.¨

4 de marzo de 2012, 12:40

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