Astor Piazzolla en Los tallos amargos


El trabajo del maestro Astor Piazzolla en este film le ha permitido explayarse en gran variedad de situaciones musicales. Hemos de constatar la versatilidad de estilos a los que ha tenido que recurrir a lo largo de la proyección. Para aquellos que están familiarizados con su música quizás se sorprendan si no han tenido contacto previo con su trabajo más académico y sinfónico. Los dos primeros acordes después del: 
Uno a Ituzaingó primera, ida solamente, nos deja en claro su influencia Bartokiana, con ese motivo en las cuerdas y el piano. Enseguida arremeten diversas melodías intercaladas y superpuestas en la sección vientos haciendo gala de salvajes politonalidades. Ya en este tema nos llama la atención la incursión de la guitarra eléctrica como parte integral de la orquesta, verdadero material de avanzada para su época. 
El tema principal sirve luego para atmosferizar (deslizamos neologismos) los momentos de mayor tensión argumental y diversos pasajes de ensoñación (hay varios). 
Un momento de gran despliege orquestal y estilístico se encuentra en la escena onírica del film, donde encontramos entramados polirrítmicos (reminiscencias de Stravinsky), una marcha militar para niños y variaciones del tema principal. 
También saltando entre estilos recae este gran banda sonora sobre pasajes tangueros, donde podemos reencontrarnos con el Astor más divulgado, incluso se cita explícitamente la introducción de Adiós Nonino. Hay una escena donde los personajes pasean por Buenos Aires en la que el maestro introduce de la mano de su bandoneón un tango muy bello que calza a la perfección con los escenarios de la ciudad.
Hay música para todos aquí, y eso queda demostrado en una escena donde aparece el jazz y mención aparte aquí para Ayala, el estruendo de la orquesta oculta una conversación determinante para el protagonista quien escucha retazos de los que se habla en las intercalaciones entre el fortíssimo la orquesta y el piano del bongó solista. ¡Gran recurso sonoro argumentativo!



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Tema Principal









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Escena onírica y jazz

















2 comentarios:

Eminencio dijo...

Del libro de Fernando M. Peña: Cien años de cine Argentino:
¨En 1956 Ayala realizó Los tallos amargos, quizá su mejor film, un denso film noir sobre novela de Adolfo Jasca en el que Carlos Cores interpreta a un antihéroe que primero se deja llevar por las combinaciones de un inmigrante con ideas, luego se siente traicionado y finalmente llega hasta el crimen. El clima del film se enrarece a medida que el protagonista cede a sus turbulencias interiores y Ayala encuentra siempre ideas formales pertinentes para representar esa progresiva derrota personal.¨

4 de marzo de 2012, 12:20
Facundo Cano dijo...

No me queda claro. Los hijos de Astor Piazzolla han declarado que éste compuso Adiós Nonino a poco de haber muerto su padre epónimo, en 1959. Sin embargo, en esta película de 1956 ya aparece. ¿Cómo puede ser?

28 de octubre de 2019, 14:44

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